lunes, 5 de enero de 2009

MANDRÁGORA

(Del lat. mandragŏra, y este del gr. μανδραγόρας).

1. f. Planta herbácea de la familia de las Solanáceas, sin tallo, con muchas hojas pecioladas, muy grandes, ovaladas, rugosas, ondeadas por el margen y de color verde oscuro, flores de mal olor en forma de campanilla, blanquecinas y rojizas, en grupo colocado en el centro de las hojas, fruto en baya semejante a una manzana pequeña, redondo, liso, carnoso y de olor fétido, y raíz gruesa, fusiforme y a menudo bifurcada. Se ha usado en medicina como narcótico, y acerca de sus propiedades corrían en la Antigüedad muchas fábulas.


¡Sí! Me había quedado en el tintero ésta, de mi serie alquímica. Ya había pasado por súcubos, íncubos y homúnculos; de gólems no hablé. Lo que me gusta de las leyendas que giran en torno a la mandrágora no están relacionadas con su espíritu alucinógeno, sino con el mito del origen: aquel que dice que la mandrágora nace de las gotas de esperma que el ahorcado derrama en el momento exacto anterior a su muerte. La idea de que un momento de éxtasis sublime antecede inmediatamente a una muerte violenta, y que ese clímax es de índole sexual ya fue explorado maravillosamente por otros (léase Ballard).