martes, 19 de enero de 2010

LADINO

(Del lat. latīnus, latino).

1. adj. Astuto, sagaz, taimado.
2. adj. Se decía del romance o castellano antiguo.
3. adj. Se decía de quien habla con facilidad alguna o algunas lenguas además de la propia.
4. adj. Am. Cen. mestizo.
5. adj. Am. Cen. Mestizo que solo habla español.
6. m. Ling. Lengua hablada en la antigua Retia.
7. m. Ling. Lengua religiosa de los sefardíes. Es calco de la sintaxis y del vocabulario de los textos bíblicos hebreos y se escribe con letras latinas o con caracteres rasíes.
8. m. Ling. Variedad del castellano que, en época medieval, hablaban los judíos en España, y que, en la actualidad, hablan los judeoespañoles en Oriente.


Los judíos sefardíes fueron echados de España y, en general, de la península ibérica (pues judíos sefardíes también los había en las principales ciudades de Portugal) el mismo año en que Colón se topó con América, en virtud del así llamado «Edicto de Granada», o «Decreto de la Alhambra», firmado por los también así llamados «Reyes católicos». Los judíos eran poseedores de enormes riquezas fruto del comercio, y (en parte por esa razón) gozaban de influencia aún en círculos cristianos (de hecho, la Corona de Aragón había juzgado prudente, en su momento, mantener bajo su tutela y protección a ciertas familias hebreas de prestigio, que inclusive terminaron emparentándose con miembros de la nobleza). Su destacada posición social y financiera, sin embargo, terminó resultando odiosa a los ojos del vulgo y de la jerarquía religiosa, que acusó a los sefardíes de haber sido los culpables de la crucifixión de Cristo. En ciertos pueblos de la península ibérica, circulaban también ciertos mitos según los cuales los sefardíes bebían sangre humana y asesinaban niños indefensos. Sea como fuere, el Edicto de Granada, firmado el 31 de marzo de 1492, obligó a los judíos sefardíes a la diáspora, forzándolos a emigrar de todos aquellos dominios regidos por la corona de Aragón y Castilla, con fecha límite 31 de julio de 1492 (por motivos logísticos, el plazo fue luego extendido hasta el 2 de agosto, el mismo día que Colón descubrió América), so pena de sufrir, ora la confiscación de todos sus bienes, ora la muerte lisa y llana. Se ha calculado que alrededor de 100.000 judíos debieron abandonar la península ibérica durante ese lapso. Si bien algunos se establecieron en los Países Bajos, Alemania, la mayor parte fue recibida por el Imperio Otomano, particularmente en los territorios pertenecientes a lo que hoy es Bulgaria y Turquía. Elías Canetti, búlgaro de nacimiento y germano-británico por elección, ganó el premio Nobel de literatura en 1981. Se sabe que, en su infancia, hablaba 4 lenguas maternas fluidamente, una de las cuales era el ladino. Esto le permitió, aún sin tener conocimientos de español, por ejemplo, supervisar personalmente la traducción de su magnífica novela «Auto de fe» al castellano -en virtud de la similitud entre ambas lenguas-, cuatro siglos después de que sus antepasados fueran expulsados de España). De cómo un dialecto del castellano, hablado por los judíos sefardíes, pasó a convertirse, también, en un insulto, es algo que da cuenta bastante del estado de las cosas y que echará luz sobre desafortunados acontecimientos posteriores.