martes, 3 de marzo de 2009

ARCANO

(Del lat. arcānus).

1. adj. Dicho especialmente de las cosas: Secretas, recónditas, reservadas.

2. m. Secreto muy reservado y de importancia.

3. m. Misterio, cosa oculta y muy difícil de conocer.



Antes que su relación más próxima con el tarot, la primera vez que oí esta palabra fue para referirse al estilo críptico de cierto autor italiano cercano a Calvino, hablando de su «uso arcano de la lengua». Fue luego que descubrí su más obvia relación con el ocultismo y el simbolismo. Y Arcano 17 es, a mi juicio, el libro más hermoso de André Breton después de Nadja. Un libro pequeño pero extremadamente sugerente y, a mi juicio, melancólico y lluvioso, un libro para leer en un día de invierno mirando el mar. Breton lo escribió durante un viaje a la península de Gaspé, en Québec, y este clima marítimo y hostil de bruma, de mar y de gaviotas impregna la lectura. El arcano 17 es uno de los 22 arcanos mayores del tarot marsellés, y es representado por una estrella flamígera de ocho rayos, rodeada por otras siete estrellas sobre las que se detiene una joven dormida que derrama en la tierra árida los fluidos de la Vida Universal. Esta carta, como las restantes del tarot marsellés, están dibujadas al interior de un rectángulo que es un doble cuadrado llamado por los alquimistas «rectángulo de la génesis» o «cuadrado largo plateado», figura geométrica que nos remite directamente al Número Aúreo. Los personajes del tarot, no limitados por este cuadro, se pierden por arriba y por debajo, algunos a la izquierda o a la derecha, indicando la existencia de un campo que excede la superficie de la carta, un reino invisible, celeste, subterráneo, positivo, eterno e infinito. Jung destaca que la figura de la joven dormida en el arcano 17 —a quien da el nombre de «sacerdotisa orante» es profundamente religiosa: «En la psicología de una mujer del siglo XX, aislada del contacto con la naturaleza así como de sus sentimientos innatos de interés religioso, la aparición de esta Sacerdotisa de la Naturaleza puede presagiar una nueva conexión con la parte trascendental de sí-mismo (...) la posición de sus piernas nos sugiere la svástica, una forma primitiva de cruz. La svástica, también llamada “martillo de la creación”, simboliza el movimiento continuo del cosmos, conectando de nuevo el trasvase circular de la mujer con la circulación de los planetas que se hallan sobre su cabeza». En la interpretación popular, la mujer vertiendo sus ánforas en cinco torrentes está vinculada a la idea de regeneración y de esperanza. Breton escribió Arcano 17 tras conocer a quien sería su última mujer, Elisa Bindhoff, a quien dedica el libro. «Cuando te vi, en tus ojos estaba aún toda la niebla de una especie indecible; (...) Tu bien sabes que, al verte por primera vez, te reconocí sin duda alguna.»